sábado, 24 de noviembre de 2012

SOLEDAD

He encontrado una compañera en el maltrato.
Alguien que no rechina en mis adentros,
que no grita en el tumulto de las hojas, 
que solo ahoga mis lágrimas en su regazo,
amarillea mis mejillas sin escupir el cieno en mis ojos.
Aquella que no es capaz de alzar una voz malévola en el silencio,
la que no arranca la tierra para despojar el aire,
no mira con las manos abiertas.
No envejece en su opinión dicordante con mi saliva.
Le llamaba.....y siempre quise matarla.
Le llamaba... mi cetro y nunca tuve altar para sacrificarla.
No la llamaba, la repudiaba en instantes fugaces de lirios frescos.
Le asesinaba, como un ojal en el vestido desarrapado.
No la conocía,
pero se llamaba como mi dama.
Ese nombre...
SOLEDAD


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