martes, 14 de octubre de 2014

BEBO

Bebo la tarde lluviosa.
De entre los etéreos momentos,
de las ráfagas, de la letra cursiva
entre los vientos.
Bebo a sorbos entre esta frialdad
que huele a lluvia impenitente.
Subyace en las líneas
de un almendro en flor.
Despierta los cuentos que no terminan
en la órbita de las formas.
Insano es el tiempo,
la savia engrandecida.
Los relieves duermen.
Y sigo bebiendo
tu inoportuna fragancia.
Una va cayendo sin más cuerpo,
a la tercera ya recorre mis huesos
con la extravagancia de decir,
saber. Simplemente el trago de especular
con el ronroneo de las acequias
sobre mi propia muerte.



jueves, 2 de octubre de 2014

CLOSED


Cerrado en las acequias,
en los contornos, en los sigilos.
Cerrado inutilmente en las persianas.
Cerrando las piernas a la violación
de instigar tu nombre 
en el ápice de un crematorio,
 sin venas en la sangre.
Cerrando por deshaucio.
Por interés, por monotonía,
por deberte mas de cien palabras
 que saben botijo añejo,
a diario loco y prófugo de descaro.
Cerrando la vid.
El tinto no me seduce.
La locura es un angel en el filo de la mañana.
Luego, los mediodías saben a cosecha de noviembre,
y pasa la mal acentuada hora. La fatídica, la incomprensible.
No existe. Lo sabemos aun cuando creemos pasará de largo.